¿A donde irá a parar esta pandemia que nos está atacando a todos en este nuevo milenio? ¿Cuáles serán sus percusiones? Es la pregunta que nos hacemos todos y es innegable que ya se pueden percibir los estragos en todos los ámbitos económicos al rededor del mundo, y que el folclor vallenato no es ajeno, pintando el horizonte artístico, sombrío y desesperanzador. El presidente Duque lo ha dicho claramente en sus alocuciones, los eventos públicos y privados que tenga un gran conglomerado de personas, serán prohibidos como mínimo 12 a 18 meses, sentando un precedente histórico, y para muchos aterrador. Pero ¿a dónde dejan estas medidas a todos los cantantes, artistas, interpretes y músicos de nuestro folclor que viven de los eventos? Un panorama poco alentador, que seguramente esta martillando en las sienes de muchos.
Nadie puede negar de la legitimidad de estas medidas, necesarias para este flagelo, pero las consecuencias de estas, pueden a llegar a ser irreparables para el bolsillo y para algunos su muerte artística. Con este panorama gris, lo último que se puede hacer es llorar sobre a leche a derramada, como diría el gran poeta, ya la suerte esta echada, y toca sortear el futuro de la mejor manera. No cabe duda que toca reinventarse, cambiar el chip y buscar otros métodos para seguir viviendo de este arte. Todos saben del poder de las redes sociales, de la venta digital, de youtube, y de más herramientas que están a disposición de todos y que los artistas, con sus miles de seguidores, cuentan con una gran ventaja. Toca explotar allí. No se pueden cruzar de brazos esperando que el gobierno les mande un salvavidas. Hoy toca empoderarse de sus carreras, de su vocación, ver como salir adelante. Seguramente muchos sufrirán los estragos de esta pandemia y verán como se acaba sus carreras, pero otros (espero que muchos) saldrán fortalecidos y con más animo y más fama.
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